En el entorno del Prepirineo oscense, a unos 40 Km. al Noreste de Huesca, se encuentra el pequeño pueblo de Riglos, y junto a él sus mallos, impresionante formación geológica constituida por grandes farallones y aguas de conglomerados.
La villa de Ainsa es actualmente uno de los más importantes enclaves del Pirineo Aragonés. El trabajo y la ilusión de sus habitantes han conseguido devolver a la villa a la categoría que por su historia nunca debería haber perdido.
El clásico trayecto que parece fácil pero resulta en 5:30-6 horas de caminar con impresionantes vistas del circo de Soaso al fondo, las gradas de Soaso y las cataratas del río Arazas, la sierra de las cutas en el sur , y al final el Monte Perdido y la catarata de la cola de caballo.