viernes, 20 de enero de 2012

Templo de Diana


En el mismo centro de la ciudad de Mérida nos encontramos con uno de los edificios más emblemáticos religiosos, el Templo de Diana, es el único de los edificios arquitectónicos que se sigue conservando de los que se construyeron en Emérita.
En la parte posterior podemos ver como aun se conserva el palacio renacentista, conocido como Palacio del conde de los Corbos. Desde el siglo a.XVI que se realizó la restauración del Palacio, se conserva parte de la estructura.
Es un edificio construido a finales del a. 1 a.C. que se destinaba al culto del Emperador. La planta sobre la que se sostiene es rectangular, rodeada de columnas de granito acanaladas (períptero), en su día estuvieron pintadas de rojo y estucadas rematándose a su vez con pilares de estilo corintio. Se conservan 11 columnas a cada lado, en un buen estado, y en el costado principal tiene 6.

Teatro romano de Emerita Augusta..


Construcción promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa. Según fecha inscrita en el propio teatro su construcción se produjo en los años 15 a 16 a.C.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante, a finales del siglo I o principios del siglo II, posiblemente en época del emperador Trajano, cuando se levantó la actual fachada o frente de escena, y otra en época de Constantino entre los años 330 y 340, introduciéndose nuevos elementos arquitectónicos-decorativos y construyéndose una calzada que rodea el monumento. Tras el abandono propiciado por el cristianismo a causa de la inmoralidad del teatro, éste se abandona y cubre de tierra, quedando solamente visible la zona superior del graderío (summa cavea). La imaginación popular la denominó "Las Siete Sillas", donde según la tradición se sentaron en ella diversos reyes moros para dedicir los destinos de la ciudad.
El teatro ubicado en el Conjunto Arqueológico de Mérida que es uno de los principales y más extensos conjuntos arqueológicos de España. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la UNESCO. El teatro se localizaba dentro de la ciudad romana en una situación períferica de la misma, junto a la muralla; apoyándose parte del graderío en el Cerro de San Albín.