miércoles, 2 de junio de 2010

Anade Rabudo

La larga y puntiaguda cola a la que debe su nombre es sólo una de las características que hacen inconfundible al macho. Su cabeza color chocolate, dorso gris claro y babero blanco contribuyen a hacer de él uno de los más elegantes patos españoles; la hembra, en comparación, es menos llamativa; como en otros patos, esto contribuye a que pase más desapercibida a sus predadores durante la época de cría. También tiene cola larga, pero no tanto como la del macho, que puede alcanzar más de 20 centímetros de longitud.

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